jueves, 9 de octubre de 2014

Mujeres inmigrantes bolivianas y las limitaciones al ejercicio de la ciudadanía sustantiva


Por Luis Benavides

El retorno a la democracia después de muchos años de gobiernos dictatoriales en el continente americano trajo consigo cambios relacionados a la protección y defensa de los derechos de hombres y mujeres, así
como el reconocimiento del derecho internacional de los derechos humanos a nivel regional y global.


Fueron promulgadas nuevas leyes de protección de los derechos humanos, sin embargo en todo ese recorrido el derecho a la igualdad, equidad y no discriminación de las mujeres no estuvo siempre presente a pesar de las largas luchas de trabajo realizado por los y las militantes feministas y una parte de la sociedad.

Se consiguió avanzar en la ciudadanía formal, sin embargo hacer realidad esa ciudadanía y convertirla en exigible, en sustantiva, era otra lucha más que debería ser permanente.

En la década de los 80 y 90 surge una corriente de migraciones muy fuerte en América Latina, donde hombres y mujeres migran a los países denominados desarrollados con el objetivo de garantizar el sustento de su familia y en busca de un futuro mejor. Inicialmente esa migración ocurría hacia fuera del continente, sin embargo en la década del 90 la migración fue acentuada dentro del continente americano.
Es en ese contexto como muchos ciudadanos bolivianos y bolivianas migraron y migran a Brasil atraídos por su propaganda de prosperidad, de país acogedor, más estable económicamente y donde se puede encontrar oportunidades de mejores condiciones de vida y desarrollo profesional.

Ciudadanía Sustantiva en Brasil 

Brasil aprueba su nueva Constitución Federal en 1988, dentro de los derechos humanos, que garantiza la ciudadanía formal. El artículo 5, inciso I, reconoce la igualdad entre hombres y mujeres en derechos y obligaciones. De la misma forma, en el campo del derecho internacional de derechos humanos, Brasil ratificó una serie de instrumentos, sin embargo a pesar de todo ese esfuerzo, lejos se está de conseguir esa igualdad y equidad de los derechos de las mujeres principalmente en casos de las mujeres migrantes, indígenas, afro-descendientes, entre otras (CEDAW).

Esto ocurre porque de acuerdo con el enfoque de género, a lo largo de la historia, la ciudadanía femenina ha sido concebida y desplegada por varones, así la ciudadanía masculina se contrapone a la femenina cuya esencia parece encontrarse en la maternidad (Seminario Democracias y ciudadanía, 2.2.1, PRIGEPP, 2013), de allí surge la necesidad de una reformulación del Estado con enfoque de género para la existencia de políticas públicas que puedan crear oportunidades para las mujeres y les permita empoderarse y ejercer la ciudadanía sustantiva por medio de una participación activa, de suma importancia para conquistar el mundo público para la exigencia de sus plenos derechos y la conquista de otros.

Ejercicio de la ciudadanía de Inmigrantes bolivianas en São Paulo-Brasil

Bolivia es el país que más exporta mano de obra hacia Brasil siendo en su gran mayoría jóvenes hombres y mujeres del campo predominantemente indígenas, que llegan a trabajar en talleres de costura donde no son exigidas experiencia previa ni edad mínima.

Debido a esta fuerte ola migratoria que también trajo consigo la trata de personas y el trabajo análogo al trabajo esclavo de los inmigrantes, Brasil con el fin de regularizar la situación de los inmigrantes firmó el acuerdo de residencia con Bolivia el 15 de diciembre de 2009, otorgándoles a los inmigrantes iguales derechos civiles y sociales que a los brasileños.

A pesar de parecer una buena iniciativa de los gobiernos para regularizar la situación de los migrantes, esta medida no ha sido suficiente para proteger y permitir el ejercicio de sus derechos ciudadanos en país extranjero toda vez que si bien existe una formalidad legal esta no se expresa en la realidad debido a la falta de políticas inclusivas que protejan y garanticen los derechos de hombres y mujeres.

Ejercicio de la ciudadanía de las mujeres bolivianas

Una de las grandes barreras que enfrentan los migrantes bolivianos es el idioma, este problema se agrava más en el caso de las mujeres bolivianas, en su mayoría indígenas, con mínimas oportunidades de desarrollo escolar que llegan a la ciudad de Sao Paulo directamente a los talleres de costura donde permanecen muchas veces sin contacto con el mundo exterior debido a la doble carga de trabajo de producción y reproducción que realizan, es decir trabajando en las máquinas de costura y a la vez desarrollando actividades domésticas dentro del mismo taller duplicándose su jornada de trabajo, más no de salario, lo que imposibilita a gran parte de ellas a aprender el idioma para comunicarse correctamente, tramitar sus documentos y ver la posibilidad de realizar otro tipo de trabajos fuera de estos talleres.

En Brasil no existe una política pública de alfabetización dirigida a migrantes, sólo existen algunos convenios para alfabetizar a refugiados, son apenas tres ONG con visibilidad en Sao Paulo que trabajan alfabetizando limitadamente en su mayoría a bolivianos y bolivianas.

El mes de mayo de 2014 se llevó a cabo por la primera vez en el país la Conferencia Nacional sobre Políticas Públicas para migrantes y refugiados con el objetivo de levantar propuestas sobre políticas públicas a favor de estos grupos. Fue el primer paso dado, que todavía esperará la aprobación de los poderes del Estado.

A pesar de la existencia del acuerdo bilateral entre Brasil y Bolivia, muchas mujeres se encuentran indocumentadas y por ende invisibles para el Estado, sin acceso al ejercicio de su ciudadanía. Esto se expresa claramente en el caso de las mujeres embarazadas que en su mayoría no van al centro de salud al no poder expresarse correctamente y por miedo a ser deportadas. Verónica Quispe coordinadora del proyecto SÍ, Yo puedo, refiere que las mujeres que van al hospital a dar a luz son prácticamente violentadas cuando se las obliga a tener sus hijos por cesárea y no parto natural como cultural y tradicionalmente están acostumbradas en su país de origen. Su forma parca y tímida de ser y la falta de documentos y conocimiento del idioma hace con que la mujer boliviana, principalmente indígena sea víctima de discriminación y su voz no sea escuchada y tenga que sufrir en silencio.

Muchas de estas migrantes ni siquiera tienen noción sobre el ejercicio de su ciudadanía, debido a que son mujeres que ya vienen desde sus países de origen con una historia de violencia, exclusión social y discriminación por el hecho de ser indígenas y pobres agravándose ahora más su situación por ser inmigrantes, teniendo que enfrentar un país de cultura e idioma diferente además de sus preconceptos. De acuerdo con Bareiro, esto las convierte en no ciudadanas y las invisibiliza al no existir  ninguna política de inclusión que las proteja. (Seminario Democracias y Ciudadanía, 2.2.2, PRIGEPP, 2013).

El hecho de no poseer documentos las limita para abrir una cuenta bancaria, debido a esto muchas de ellas guardan su dinero en casa, lo que ha llevado a que familias enteras sean víctimas de robos y violencia en sus domicilios. Nuevamente el hecho de no poseer documentos impide que estos robos sean denunciados por el temor a ser deportados por su condición de indocumentados e indocumentadas.

En los casos de violencia doméstica las mujeres no consiguen romper este círculo debido a la falta de documentos que las convierte en dependientes económica, civil y socialmente del hombre, toda vez que al no poseer documentos no pueden separarse y alquilar un espacio para ellas o acceder a la justicia para denunciar a sus agresores.

Se percibe una diferencia en el trato en los espacios públicos a la mujer boliviana debido a sus características culturales llegando en muchos casos a no ser oída y discriminada, lo que también la desalienta en la búsqueda de sus derechos.

La comunidad boliviana en la ciudad de Sao Paulo con los problemas que enfrenta no consigue formar lazos y ser incluidos dentro de la sociedad brasileña, siendo común su sentimiento de no pertenencia, situación que se refleja de forma más fuerte en el caso de las mujeres al ser culturalmente más tímidas y parcas.

Los órganos públicos brasileños no están preparados para atender a las mujeres inmigrantes. Es necesario el conocimiento de la diversidad cultural andina para un trato digno y con respeto de las mujeres, no es suficiente que el país abra las puertas a los inmigrantes sino que debe prepararse para recibirlos e incluirlos en la sociedad respetando su etnia, origen, cultura de forma transversal, a través de políticas públicas creadas bajo la luz de los principios universales de igualdad y no discriminación.