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Foto: AP |
Estados
Unidos es uno de los países con mayor número de penas de muerte en el mundo,
junto a Arabia Saudí, China, Irak e Irán, según datos de Amnistía
Internacional.
Delitos
sexuales, como el adulterio o la sodomización, homicidios, robos o tráfico de
drogas, son algunos por los que en estos países condenan a la horca, la silla
eléctrica, a recibir una inyección letal o incluso a ser decapitado.
En
particular, los condenados a muerte en Estados Unidos viven un largo camino
tras las rejas hasta que finalmente cumplen su sentencia de la pena
capital. Lo normal es que pasen unos 13 ó 15 años antes de que se ejecuten
a los condenados.
La
agonía hacia su última morada de los convictos se hace lenta, así como el
sufrimiento de sus familiares.
Sin
embargo un nuevo proyecto presentado en Florida a finales del mes de abril
tiene como objetivo la aceleración de los procesos de los condenados a muerte,
según la edición digital de El Mundo.
La
iniciativa pretende reducir los tiempos de espera de los reos y que la muerte
les llegue más rápido. De esta manera, su gobernador, Rick Scott, tendría
que firmar las órdenes de ejecución en un plazo máximo de 30 días después de la
revisión del caso por la Corte Suprema.
"Es
un proceso largo por los recursos, los juicios, la decisión de la Corte Suprema…...
pero Estados Unidos quiere que vaya más rápido, porque los familiares de las
víctimas están sufriendo", dijo el español Joaquín José Martínez, quien
fue inculpado por la muerte de dos jóvenes en Tampa, Florida, pero finalmente
se demostró su inocencia.
Si
bien el plan de Florida ayudaría a las autoridades a ahorrarse recursos o
tiempos, no alivia el dolor de las familias de los condenados que aguardan la
esperanza y evitar su ejecución.
Ahora,
Martínez lejos de su condena a muerte ha emprendido una nueva tarea en su vida.
Este hombre lucha a nivel internacional para que este castigo irreversible sea
abolido en todo el mundo.
Recientemente
el gobernador demócrata de Maryland, Martin O'Malley, firmó la ley de
abolición de la pena de
muerte en su estado, el cual se convirtió en el estado 18 del país en
prohibir la pena de muerte en su legislación.
Así,
el castigo será sustituido por cadena perpetua sin posibilidad de
excarcelación.
El
año pasado, Connecticut se convirtió en el estado número 17 de los 50 que
integran Estados Unidos en abolir la pena de muerte, elevando a 29 el número de
estados que han renunciado a este castigo máximo, ya sea por ley o de hecho. (Tomado
de Terra)