![]() |
Ciudad oriental de Guayaramerín, donde ocurrió el asesinato. Foto: Opinión. |
Dos
familias francesas cuyos hijos desaparecieron hace casi tres años en un pueblo
de la Amazonía de Bolivia reclaman justicia, tras pasar por
un verdadero "vía crucis" para lograr que este lunes por fin comience
el juicio contra los supuestos implicados en el hecho.
Los
padres de Jérémie Bellanger, que tenía 25 años cuando desapareció, y de Fannie
Blancho, de 23, llegaron a Bolivia para el juicio y se quedarán hasta lograr
una sentencia "justa e imparcial".
"Fue
una lucha de dos años para tener una acusación, ahora la tenemos y queremos que
el juicio se lleve a cabo pero de manera justa (...) Todos los días pensamos en
nuestros hijos, queremos saber qué pasó", dijo Patrick Bellanger, el padre
de Jérémie, en entrevista con Efe.
Además
de perder a sus hijos, los familiares de Jérémie y Fannie han sido también
víctimas de la lentitud e ineficacia de la justicia boliviana, con constantes
cambios de jueces y fiscales, demoras, "pérdidas" inexplicables de
documentos importantes e incluso amenazas de parte de los acusados, denunció el
abogado de los franceses, Denis López.
El
caso se remonta a 2010, cuando Jérémie y Fannie decidieron tomarse un "año
sábatico" visitando países sudamericanos en compañía del hijo de ella, que
por entonces tenía tres años.
El
periplo incluía a Brasil, Argentina, Bolivia y Perú pero no llegaron a su
último destino pues el viaje concluyó abruptamente en el pueblo boliviano de
Guayaramerín, en la región amazónica de Beni.
Los
jóvenes fueron vistos en ese poblado fronterizo con Brasil por última vez la
noche del 28 de agosto de 2010, en la hacienda de Jaime Martínez Jiménez, el
principal acusado de la desaparición. Ambos habían ido a la hacienda de Martínez para
una fiesta y dejaron al hijo de Fannie al cuidado de la dueña de la vivienda
donde se alojaban, pero ya no volvieron por él.
La
hipótesis es que los jóvenes fueron asesinados después de que varios hombres
violasen a Fannie y Jérémie intentara detenerlos. Patrick Bellanger asegura que
un testigo supuestamente vio a Martínez matar a su hijo fuera de una casa donde
estaban; luego escuchó un disparo dentro y vio cómo el cuerpo de Fannie era
sacado de la vivienda y subido a una camioneta junto al cadáver del muchacho.
"Y
nunca más los hemos visto (...) Todavía no sabemos dónde están, es uno de los
problemas para nosotros, es muy difícil no saber dónde están los cuerpos para
poder llevarlos a Francia", lamentó el padre del joven. El hijo de Fannie
fue repatriado días después y hoy vive con su padre biológico en París, aún
preguntándose con tristeza dónde está su madre, indicó Patrick Bellanger.
El
"vía crucis" de los familiares de los jóvenes acababa de comenzar
pues, según el abogado, ni la policía ni la fiscalía actuaron inmediatamente
para dar con los desaparecidos. Patrick Bellanger denunció que la fiscalía
recién empezó a actuar cuando él y la madre de Jérémie llegaron a Bolivia por
primera vez en septiembre de 2010, un mes después de la desaparición.
Martínez
estuvo prófugo un tiempo, pero la policía logró detenerle y está en prisión en
Guayaramerín desde octubre de 2010.El acusado no ha confesado que mató a los
jóvenes, pero un guardia de la cárcel le escuchó decir a otro preso que les
sería difícil encontrarlos "porque él era el único que sabía donde están
los cuerpos", subrayó Patrick Bellanger.
Otros
dos supuestos implicados en el caso, un hombre y una mujer, también están
presos, mientras que el padre del principal sospechoso, Azard Martínez, tiene
arresto domiciliario. En el proceso, los familiares de Jérémie y Fannie han
recusado a varios jueces porque eran familiares de los detenidos o de sus
abogados, pero además se cambió de fiscal seis veces.
El
caso ha logrado avanzar en el último año y medio bajo la conducción de la
fiscal Cinthia Natush quien, sin embargo, ha pedido recientemente ser excluida
del proceso porque fue objeto de amenazas, según el abogado y los familiares de
los desaparecidos.
Los
cuatro detenidos finalmente serán juzgados desde mañana en el pueblo de
Riberalta, vecino de Guayaramerín.
Sin
embargo, las familias de los jóvenes franceses temen que el juez no actúe
imparcialmente, pues decidió conformar un tribunal "unipersonal" pese
a que las normas establecen que debe ser asistido por otro magistrado, denunció
López.
Con
todo, los familiares de Jérémie y Fannie sólo esperan que los culpables sean
castigados con 30 años de prisión y han pedido garantías y un seguimiento del
caso a las autoridades bolivianas.